Desde tiempos milenarios esta hermosa tierra encierra en sus rincones el misticismo de tiempos paganos que combinados con los recios aires católicos, labraron la fe de quienes aquí habitamos.
El turismo místico es una forma de mostrar a los visitantes nuestras creencias y mitos, pero sobre todo la hermosa arquitectura que envuelve la fe heredada desde nuestros antepasados.
Las iglesias del cantón encierran entre sus paredes las plegarias de quienes habitan junto con ellas desde principios de siglo, cuando de lo profundo de la tierra surgieron para establecerse en un referente de la vida de los pueblos.
martes, 26 de mayo de 2009
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